Arquitectos: GAZ arquitectos- Aitor Gurtubay, Asier Atxurra, Unai Zelaieta Ubicación: Zierbena, Bizkaia, País Vasco Equipo: Oscar Brazo, Ana Epelde, Marilu Rodriguez Arquitectos Técnicos: Jose Miguel Ortega, Igor Ortega Estructuras: INEK Ingenieria Instalaciones: INDOTEC Ingenieria, Eduardo Escobal Ingeniero, TAO Iluminación Técnicos Municipales: Jakinda Goyarzu, Marcos de la Torre Promotor: Ayuntamiento de Zierbena Constructora: Fonorte Superficie: 2.000 m2 Fotografías: GAZ arquitectos- Igor Ortega
Construir un edificio, para albergar una cancha de frontón, que por su uso evidente, tiene que tener tres alzados laterales ciegos de gran envergadura y masivos, implica tomar decisiones drásticas a la hora de acometer un proyecto con estas premisas.
Además de ello, la situación topográfica del mismo, en lo alto de una cumbre dominante, los fuertes vientos que azotan la zona, y la imposibilidad de realizar excavaciones profundas en el entorno, no permiten ninguna ocultación o artilugio. Por tanto hay que asumir su presencia del mismo en el paisaje sin ningún complejo y responder con una pieza rotunda de carácter pétreo y pesado.
El resultado es una pieza prismática, que a modo de bloque cortado en cantera, sin escala aparente, ni referencia alguna, se convierte en objeto abstracto y referencial en el paisaje.
El cerramiento de todo el edificio, se ha realizado mediante un muro hormigonado in situ de gran espesor, al cual se confía la capacidad portante de todo el conjunto, así como el cerramiento interior y el acabado exterior estriado.
Este acabado estriado del hormigón, realizado con moldes específicos, aporta vibración al conjunto y acentúa su carácter telúrico. El control del hormigón, las tongadas, el plastificante y el vibrado y desencofrado del mismo es esencial ya que cualquier error posterior no es corregible.
Una pieza de menor tamaño, aloja las gradas del público, una serie de salas polivalentes, gimnasios y elementos de servicio, consiguiendo una fachada principal de carácter mas doméstico. Esta fachada va abriéndose a las vistas del paisaje, el valle del puerto de Zierbena y el golfo de Bizkaia al fondo, mediante unas cristaleras continuas en toda su longitud.
Esta pieza remata en un balcón corrido longitudinal de gran vuelo y ligero en contraposición al resto del conjunto. Bajo este vuelo se asoma un elemento que sobresale de la alineación del prisma incluido durante la obra, dada la demanda de más superficie por parte de sus futuros usuarios. El acabado de esta fachada de esta pieza es pretendidamente más amable y calido, resuelto mediante paneles de resinas fenólicas solucionando los huecos y accesos en una trama modular y repetitiva.
Para conseguir un espacio de gradas sin ninguna interferencia visual, se han evitado los pilares descolgando parte del vano del forjado en una gran cercha longitudinal de 44 m de luz, sobre la cual apoyan las costillas primarias de la estructura.